Paseos por Donostia-San Sebastián. Reencuentro con la obra de Jorge Oteiza (1908-2003).
Paco Rallo
Otro escultor fundamental es Oteiza. Conocí su obra a través de una publicación que tenía mi padre en su taller de escultor sobre las imágenes religiosas monumentales de la Basílica de Arántzazu, “Virgen Dolorosa” y friso de “Catorce Apóstoles”, publicación que también recoge la obra de otros importantes artistas como Chillida, Basterretxea o Lucio Muñoz.
La obra escultórica más conocida del maestro Jorge Oteiza, está influenciada por los constructivistas rusos y el neoplasticismo europeo. De esas premisas desarrollará un gran número de obras en formato reducido, entre las que se encuentra su maravilloso “Laboratorio de Tizas, 1957-1974”, y sus conocidas “Cajas Metafísicas”, que será fundamental en el desarrollo de obras posteriores, y que han generado una cierta crítica por réplicas monumentales de ampliación de escalas, como es esta de San Sebastián. Tengo pendiente visitar su Fundación, en la población de Alzuza (Navarra), última obra del gran arquitecto navarro Sáenz de Oiza, amigo personal de Oteiza desde que coincidieron y trabajaron en la Basílica de Arántzazu. En Alzuza se aloja el legado del artista compuesto por 1650 esculturas, 2000 piezas de su laboratorio experimental, su biblioteca y fototeca personal, además de una extensa obra de dibujos y collages.
Jorge Oteiza,1957, " Construcción”, ampliada y realizada a una escala mayor en 2002. Acero Corten, 600 cm de altura, situada en el Paseo Nuevo de San Sebastián. Esta obra pertenece a la serie presentada para la Bienal de Sao Paulo de 1957, en la que Oteiza recibió el Premio Internacional de Escultura. Fotografías: Cristina Marín Chaves.
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