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domingo, 22 de junio de 2014

Visiones de tres pintores

 
 
Desirée Orús
Heraldo de Aragón. Artes& Letras
5 de junio de 2014 
 
La naturaleza es un término suficientemente polivalente para abarcar el trabajo de tres artistas con marcadas diferencias. Tres visiones que trascienden lo formal para materializar lo trágico, lo onírico y el cromatismo más feroz.
 
Germán Díez (La Almunia de Doña Godina, Zaragoza, 1965) es un artista removedor de conciencias. Miembro en los años 80 de grupo Somatén Albano, su obra está íntimamente ligada con el hombre y su entorno. Sus cajas funcionan como compartimentadas instalaciones que se nutren de piedras, retazos de metal, ramas, cuerdas o pintura. Todo para expresar que es lo que hay más allá de lo que vemos. Una obra simbólica, espiritual, que habla de la muerte y que estremece por su contenido.
 
En el sustrato de la obra de Pedro J. Sanz (Orea, Guadalajara,1952) siempre subyace un halo surrealista. El título de las obras Pareidolia hace referencia a un fenómeno psicológico que nos hace sacar parecidos en las nubes, las formas de las rocas y en este caso de los troncos de los árboles. Es una reflexión acerca de esa necesidad del ser humano de encontrar formas concretas donde no las hay. Con soberbia maestría dibuja formas biomorfas imaginarias que permiten leer el lenguaje oculto de la naturaleza.
 
La composición de acrílicos de Paco Rallo (Zaragoza, 1955) Primun Ver constituye un canto a la vida, expresado en el renacimiento de la tierra que se produce cada primavera. La explosión de color le acerca al momento cercano al verano donde las luces son más intensas. Pequeños lienzos profusos de cromatismo que se acercan a postulados fauvistas. Toques sueltos y vigorosos de pintura que se expanden bajo una partitura de notas sincrónicas.

Fotografía: José Luis Gamboa

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