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miércoles, 28 de octubre de 2020

Eduardo Chillida. Escultor Vasco

Paseos por Donostia-San Sebastián. Reencuentro con la obra del maestro Eduardo Chillida (1924-2002), en su Museo Chillida-Leku, situado en Hernani.

Paco Rallo.

 

 

“Un día soñé una utopía: encontrar un espacio donde pudieran 

descansar mis esculturas y la gente caminara entre ellas como en un bosque”.

 

Eduardo Chillida

 

 

Este sueño utópico se convirtió en realidad gracias a la generosidad de Eduardo Chillida, de su mujer Pilar Belzunce y a la complicidad de sus hijos, cuando adquirieron y crearon este maravillosos espacio verde de once hectáreas al aire libre donde se alojan más de cuarenta obras de carácter monumental en hierro y granito. En el precioso caserío Zabalaga es donde se alberga la obra de materiales más delicados: yeso, madera, mármol, alabastro, terracota, dibujos, collages, grabados, tapices de fieltro y bocetos de muchas de sus obras monumentales repartidas por el mundo. 

 

Es un placer para los sentidos, disfrutar de las esculturas que el artista fue guardando a lo largo de los años para este paraje natural único lleno de magia, mientras transitas entre las obras monumentales por el jardín-bosque de hayas, robles, magnolios y manzanos. Desde siempre he admirado al escultor internacional Eduardo Chillida, aunque nunca coincidí con el maestro, pero sí con Luis, unos de sus hijos, que es una de las almas de que exista este cuidado espacio de obligada visita para los amantes del arte. 











Museo Chillida-Leku.

Fotografías: Cristina Marín Chaves





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