Diseño editorial: Paco Rallo. Vértigo Dediseño, 1991
Fotografías: Andrés Ferrer & Antonio Ceruelo, Estudio Galería
Esta
magnifica exposición fue comisariada por Pablo Rico & Domingo Buesa, es una
de las más importantes de mi carrera profesional como diseñador, donde tuve el
honor de trabajar con la confianza y complicidad de los comisarios, también una
de las más estresantes, se realizo en un breve e intenso tiempo, creo que esta
muestra podría estar en el libro de los “Récord Guinness”, todo se preparo en
dos meses y cuando digo todo es todo... desde la selección de obras, sus estudios
y fichas catalográficas, restauración, transporte, fotografías, el diseño
expositivo y editorial junto al montaje y adaptación de las obras a tres grandes espacios
expositivos… trabajábamos un promedio de 15 a 18 horas diarias.
Paco
Rallo
ESPEJO
DE NUESTRA HISTORIA, Zaragoza, 1991
"El
Espejo de Nuestra Historia". Curators: Domingo Buesa y Pablo J. Rico
523
obras (s. IV-s. XX): materiales arqueológicos, documentos históricos, platería
y orfebrería, joyas bibliográficas, tapices, pinturas, esculturas...
pertenecientes al Patrimonio de la Archidiócesis de Zaragoza.
Palacio
de La Lonja, Palacio Arzobispal e Iglesia de San Juan de los Panetes, Zaragoza
(España), octubre 1991 - enero 1992
Catálogo
de la exposición "El Espejo de nuestra Historia. La Diócesis de Zaragoza a
través de los siglos", 670 pp., más de 400 fotografías a color; un
centenar de especialistas redactaron las distintas fichas técnicas de cada una
de las obras en exposición. Edición: Zaragoza Cultural S.A., Zaragoza (España),
1991
“El
Espejo de Nuestra Historia” es una de mis exposiciones más memorables, un
empeño más allá de lo estrictamente profesional que compartí gozosamente con
Domingo Buesa. Fueron muchos los objetivos que nos planteamos con aquella
exposición, muchos de ellos logrados con el tiempo pese a la obstrucción de
algunos políticos locales y demasiadas envidias a nuestro alrededor. Fue mi
última exposición como Jefe de la Sección de Museos y Exposiciones del
Ayuntamiento de Zaragoza y Coordinador General de Zaragoza Cultural. Luego
vendría mi etapa como Director de la Fundación Miró de Mallorca, etc. “El
Espejo de Nuestra Historia” fue mi última gran exposición como “historiador de
arte” tras la exposición antológica de Goya en Venecia y el Settecento
Veneciano, entre otras. A partir de entonces me he dedicado casi exclusivamente
al arte contemporáneo, a mis proyectos personales con artistas actuales, al
arte “vivo y coleando”… No obstante, sigo considerándome un historiador del
arte, sobre todo, además de museólogo y curator, más creativo que académico.
Aquella exposición ––más que una exposición–– fue una tarea gigantesca que sólo
pudimos llevar adelante con nuestro inmenso entusiasmo y el de quienes nos
acompañaron en el proyecto: más de 100 especialistas (los mejores) en los más
diversos temas que tratamos, nuestro equipo de colaboradores técnicos (en la
secretaría, en la arquitectura y museografía, en la restauración de piezas, en
la fotografía, trasporte, etc.), en la edición del catálogo (sobre todo a Paco
Rallo)… y a nuestros “cómplices”, especialmente a Monseñor Elías Yanes, arzobispo
entonces de la Sede de Zaragoza…
En
el texto inicial del catálogo, Domingo y yo afirmábamos que “El Espejo de
Nuestra Historia” tenía un hilo conductor “que nace inequívocamente de una
narración histórica: la propia historia de la diócesis, pero que amplía sus
objetivos más generales en el sentido de aproximarnos al conocimiento y
comprensión de una identidad cultural ––Aragón a través de los siglos–– y de
las especiales circunstancias y realidades que configuran a Zaragoza como
centro y escenario principal de la referencia en la definición e irradiación de
esta identidad”… es decir, una narración histórica de la diócesis, que es casi
decir de Zaragoza y Aragón y buena parte de su historia, y una aproximación a
nuestra identidad cultural por medio de una selección de obras singulares,
imágenes y contenidos, que la significan, representan y explican… La edición de
su catálogo, sin duda uno de los mayores empeños y logros editoriales en
Aragón, hizo memorable aquel acontecimiento artístico-cultural más allá de
nuestros respectivos recuerdos personales…
Hicimos
entonces lo que teníamos que hacer… Estoy orgulloso, más que eso, de la tarea
cumplida. Cuántas tareas cumplidas con satisfacción, memorables. A mi país le
di todo lo que pude y supe hacer. Desde “mi exilio” deseado, me conmuevo con
los recuerdos… Punto.
Pablo
J. Rico
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