Entrevista de Isabel Alfaro a Paco Rallo. Zaragoza, 4 de diciembre de 2009
«El diseño
en cada período es muy interesante. Lo más atractivo actualmente es la
revolución tecnológica permanente que vivimos».
Pintor, diseñador
gráfico y escultor, forma parte del estudio Camaleón dedicado al diseño gráfico;
un estudio zaragozano que, en el 2010, cumple 20 años: «el estudio Camaleón –puntualiza Paco Rallo- revisará su
trayectoria con una exposición, que no pretende ser
didáctica, pero sí que se aprecien las posibilidades que tiene un estudio como
éste, y como se ha ido desarrollando su estética a lo largo de su recorrido».
Isabel Alfaro. ¿Qué es un diseñador gráfico y qué función
cumple?
Paco Rallo. Esta es una pregunta complicada de
responder de forma sucinta; básicamente, nuestro trabajo está destinado a canalizar
nuestra creatividad a través de una máquina de imprimir. Trabajamos en
diferentes áreas, entre las que puede destacarse la llamada “identidad
corporativa” y todas las aplicaciones que a ésta le corresponden, siguiendo los
criterios de un manual con ejemplos de aplicaciones según las diferentes
necesidades del cliente, o con la finalidad de desarrollar un logotipo. Otro de
los variados temas que desarrollamos es el de la “señalización” de monumentos históricos,
de espacios comerciales, expositivos o de grandes edificios, a partir de
pictogramas y flechas direccionales, con el objetivo de facilitar la
orientación en el espacio de las personas y de que éstas puedan llegar más
rápidamente a su destino. Otro campo importante del diseño es el del “packaging”:
diseñamos etiquetas, bolsas, cajas, envases en las que un objeto determinado ha
de ser presentado o guardado. Otra disciplina destacable de nuestro campo es la
“gráfica aplicada”; atendemos a su desarrollo integral, tanto para exposiciones
como para eventos puntuales, con aplicaciones a diferentes soportes tales como
folletos, anuncios, banderolas, banner y merchandising… En el ámbito del “diseño
editorial”, habría que encuadrar desde la edición de libros y catálogos, hasta
la confección de memorias, revistas, folletos, etc. El diseñador gráfico es, en
síntesis, un profesional que debe de poseer conocimientos amplios de los medios
con los que trabaja, conocer los diferentes procesos de reproducción y las potencialidades
de las máquinas que van a imprimir sus trabajos. Es una profesión que exige muchas
horas de dedicación, mucha paciencia y muchos años de experiencia: en esencia, un
verdadero diseñador es una persona totalmente entregada a su profesión.
I.A. ¿Qué vínculos tiene un diseñador
con el mundo de las artes gráficas?
P.R. En
las imprentas es donde renacen nuestros trabajos. Éstas rara vez nos encargan
trabajo, lo que resulta una paradoja curiosa, porque siendo nuestros
proveedores, resultan también ser competidores; para el diseñador resulta básico
trabajar y entenderse bien con el mundo de las artes gráficas y conocer su
proceso. Nosotros procuramos estar pendientes de todos los pasos, desde el
arranque de máquinas y la comprobación de la calidad del color, hasta la encuadernación, resolviendo en todo
momento dudas, eligiendo los materiales, etc. Es decir, seguir el proceso es
parte de nuestra profesionalidad, y es fundamental para que el trabajo quede
perfecto. Sin las imprentas nuestro trabajo no existiría.
I.A. ¿Qué habilidades y aptitudes consideras que, en
síntesis, debe poseer un diseñador?
P.R. El diseñador debe ser
eminentemente creativo, poseer una formación artística y gráfica, dominar la
tipografía, el color y la composición, tener conocimientos amplios del gremio y
su terminología…. Estas son, en síntesis, las fórmulas ideales para realizar
nuestro trabajo.
I.A. ¿Qué relaciones crees que pueden establecerse entre el
mundo de la publicidad y el diseño gráfico?
P.R. Son como dos hermanastras:
tienen mucho que ver y, a veces, van muy de la mano. Pero, sin embargo, en
otras ocasiones se distancian. Lo que hoy entendemos como diseñador gráfico es
un concepto muy actual que tiene su origen en la necesidad humana de comunicar.
Todo ha evolucionado mucho; primero, fueron los pintores los que comunicaron a
través del cartelismo; más tarde, llegaron las agencias de publicidad, que solían
contar en sus departamentos con dibujantes publicitarios -así era como se les
denominaba anteriormente- trabajando en equipo bajo unas directrices marcadas
por el director de arte y el copy, redactor de los textos y de los eslogan. Dentro
de las agencias de publicidad, el diseñador era -y es- una parte importante de
ese equipo; pero no todas las agencias tienen diseñadores trabajando con ellos,
hay muchas agencias pequeñas que solicitan trabajos puntuales a diseñadores
para colaborar en ciertos proyectos o concursos.
I.A. ¿Qué razones te llevan a concebir tu trabajo dentro
del mundo del diseño y no del de la publicidad?
P.R. Siempre lo he tenido claro.
A mí el mundo de la publicidad no me ha gustado, porque supone trabajar con
agencias, con medios de comunicación… Me interesa mucho más la parte más
artística que implica el ámbito en que me muevo. En publicidad es preciso hacer
cuñas de radio, spots de televisión, campañas de prensa o en cualquier otro
soporte de comunicación, trabajar en equipo…. y eso no me ha interesado tanto;
me ha gustado tener libertad a la hora de realizar mis trabajos. La primera
empresa que monté con Miguel Sanza, se llamaba «Vértigo de Diseño»; él provenía de un
mundo más próximo a la publicidad y llegó un momento en que nuestros caminos se
separaron por necesidades profesionales. Yo no me quería integrar tanto en el
mundo de la publicidad, de los anuncios, me parecía todo muy pesado, y a veces el
proceso me resultaba muy largo y monótono. Quería mantener esa parte creativa y
libre que nunca se llega a conseguir del todo, porque muchas veces te condiciona
el cliente.
I.A. ¿Quién te inspiró a que tomaras una vía
eminentemente artística?
P.R. Mi padre, Francisco Rallo
Lahoz, fue escultor toda su vida. No hizo otra cosa que trabajar en diversos
materiales creando sus esculturas; yo, desde niño, lo he visto trabajar
incansablemente en su estudio-taller. Para mí el arte ha estado presente en mi
vida desde siempre; con mi padre he visitado estudios de artistas y he visto
muchas exposiciones como algo natural. Después, ingresé en la Escuela de Arte
de Zaragoza donde comencé a trabajar con otros compañeros, con los que montamos
el Grupo Forma, que nos atrapó en una
vorágine de vanguardia; aquellos fueron mis comienzos como artista.
I.A. ¿Qué podrías contarnos sobre tu
itinerario como artista; de tus faceta como pintor y escultor; de tus
exposiciones?
P.R. En realidad, llevo muchos años trabajando en el ámbito
artístico, en pintura, escultura, grabado, cerámica, instalaciones, diseño
gráfico… he realizado muchas cosas y obras, porque comencé muy joven y he sido
muy inquieto. Lo importante es que he llegado a fusionar mi pensamiento de
artista y de diseñador, creo que con unos resultados estupendos. El hecho
físico de pintar, de coger pinceles, hace años que nolo practico; pero eso no
quiere decir que no vuelva a pintar en el futuro... Y con la escultura me
sucede lo mismo. Actualmente, algunos historiadores y críticos consideran un
poco arriesgado definir mis obras, porque dicen que soy un artista-diseñador o
un diseñador-artista; y, en realidad, tienen mucha razón, porque yo no establezco
ninguna diferencia a la hora de abordar mi trabajo, sobre todo si éstos son
personales, es decir, no obedecen a un encargo, sino a una motivación propia. Yo
creo que el diseño es un concepto muy actual de arte: hace poco declaraba en
prensa que, para mí, es una de las artes emergentes más actuales y que no hay
que tener complejos por crear dentro de sus dominios; algo parecido a lo que,
en su momento, le sucedió a la fotografía. Existen museos tan importantes como
el MOMA -que siempre ha sido pionero en todas las tendencias- donde
determinadas obras de diseño conviven y se consideran al mismo nivel de
importancia que cualquiera de las obras de los grandes maestros del siglo
pasado; podemos ver allí una corbata de Missoni, un cartel de Cassandre, y
objetos tan variados como un exprimidor de limones de Philip Stack o una silla
de Ludwig Mies van der Rohe. En el mundo en que vivimos, es preciso tener la
mente muy abierta. El arte del siglo XX revolucionó mucho las cosas y en este
siglo XXI los avances tecnológicos van a
ser vitales en el desarrollo de las artes, especialmente su distribución
por la red; es decir, todo está mucho más difundido y va mucho más rápido, y en
este proceso los creadores tenemos que vencer los complejos y soltar muchos
lastres.
I.A. ¿Qué piensas del diseño actual? Haciendo una
comparativa con el de hace 20 años, el proceso de su desarrollo ¿ha sido
positivo o negativo?
P.R. Creo que las comparativas
nunca son buenas; el diseño en cada período es muy interesante; lo más
atractivo actualmente es la revolución tecnológica que vivimos. Ésta nos ha
posibilitado el poder hacer muchas cosas que antes resultaba muy complejo y
difícil, porque todo el proceso de creación de originales era muy manual.
Trabajábamos directamente con la fotocomposición, con la fotomecánica, teníamos
correctores de estilo… Ahora el resultado final de un trabajo que va a ir a imprenta
sale en un CD, en un DVD, o vía Internet. Lo que hemos ganado son posibilidades
técnicas y lo que hemos perdido es libertad: nos hemos tenido que reciclar y
asumir funciones que antes no hacíamos.
I.A. En
cuanto a Estudio Camaleón, que es en el que trabajas actualmente, ¿cómo te integraste
en él?
P.R. La verdad es que resulta
una historia muy curiosa. Nos unió el trabajo: un cliente que nos encargaba proyectos
tanto a mí como a Manuel Estradera, en un momento dado nos encomendó uno que
debía ser desarrollado en tiempo récord, prácticamente en 35 días. Creo que,
con buen criterio, él pensó que, dado el poco tiempo que quedaba, ninguno de
los dos íbamos a poder llegar individualmente, pero que, uniendo nuestras dos
fuerzas y dos experiencias podíamos hacerlo perfectamente. La verdad es que
llegamos a base de no dormir muchas horas. Luego, yo me fui a mi estudio, Manuel
siguió con el suyo, nos volvieron a llamar para otros proyectos importantes y
un día hablamos y nos dijimos «vamos a funcionar juntos que es un poco
absurdo que estemos por separado». En el estudio Camaleón me integré en el
2006.
I.A. El año que viene el estudio cumple 20 años del
inicio de su actividad ¿cómo afrontáis esta efemérides?
P.R. Efectivamente, Camaleón
empezó hace 20 años como estudio de diseño gráfico. Lo montó Manuel Estradera
junto con Samuel Aznar, Isidro Ferrer y Luis Royo. Ha tenido varias configuraciones
a lo largo de este tiempo, y hemos pensado que esta efemérides resulta una
buena fecha para celebrar. Al fin y al cabo, no hay tantos estudios abiertos en
España que tengan 20 años, y decidimos que por qué no hacer una celebración con
una gran fiesta, que nos sirviera para revisar todo este período por el que han
pasado diferentes diseñadores. La idea y el
concepto de la exposición se le planteó al Centro de Historia de Zaragoza, que
lo ha acogido como un proyecto propio. Contamos con Raquel Pelta, una de las grandes
investigadoras del diseño a nivel nacional e internacional, que se encarga del
comisariado de la exposición y de la publicación que recogerá los mejores
trabajos de estos 20 años del Estudio Camaleón.
¿Y en qué consistirá la exposición?
P.R. Camaleón
revisará su trayectoria con una publicación y una exposición que no pretende
ser didáctica, pero sí que se aprecien las posibilidades que tiene un estudio
gráfico como el nuestro y cómo ha ido desarrollando su estética en estos
últimos 20 años, y obviamente sacaremos lo mejor. Habrá un
poco de todo: identidad corporativa, señalización, packaging, gráfica aplicada,
merchandising, diseño editorial, cartelería… y también
obras más personales realizadas para exposiciones concretas o publicaciones a
las que hemos sido invitados.
I.A. ¿Quiénes trabajáis en el estudio?
P.R. Actualmente, somos cuatro: Miguel
Bielsa, Ana Jérez, Manuel Estradera y yo. Hay un cincuenta por ciento de
juventud y un cincuenta por ciento de madurez; la verdad es que tenemos un buen
ambiente de equipo.
I.A. ¿Qué requisitos se le piden a una persona que quiera
trabajar en vuestro estudio?
P.R. Siempre se valora mucho la
formación, su actitud en el trabajo y la manera de plantearlo; es decir:
interés, creatividad y profesionalidad.
I.A. ¿Cómo lo publicitáis? ¿Cómo os conoce la gente?
P.R. Yo creo que los únicos que
no se publicitan somos los diseñadores gráficos, porque la verdad es que nos
vendemos muy mal. ¿Cómo nos localiza la gente? Por nuestros trabajos, porque
nos recomiendan otros clientes, por la experiencia de muchos años, por la
calidad de nuestros diseños y por la seriedad profesional.
I.A. ¿Qué tipo de maquinaria o programas usáis en el
estudio?
P.R. En el estudio se trabaja
con Apple Macintosh, sistema que en su momento se especializó para los diseñadores
gráficos. Se ha trabajado hasta hace poco con tres programas básicos y esenciales
que eran: para maquetar, QuarkXPress; para
dibujo, FreeHand y para imagen Photoshop. Ahora hay programas nuevos como
Indesign, Illustrator…
I.A. ¿Qué tipo de trabajos realizáis
en el estudio y cuáles son los más demandados?
P.R. Trabajamos en temas muy diferentes que, conforme van llegando
al estudio, se van resolviendo. Lo bello que tiene este trabajo es que cada
proyecto es diferente: aunque sea un simple libro, no es lo mismo diseñar un
libro de cartografía que uno de arte o de música, de literatura o de poesía; cada
libro es diferente y requiere un tratamiento especial. Pasa lo mismo con la identidad
corporativa o con el packaging: no es igual diseñar un estuche para alojar
zapatos que otro para bombones, o para una botella de vino… A mí una de las
cosas que más me gustan de este trabajo
es precisamente que cada diseño es diferente y esto es muy gratificante. También
porque se aprende muchísimo a base de trabajar los textos, las imágenes, lo
cual te permite ir adquiriendo conocimientos bastante amplios y curiosos.
I.A. De todos los trabajos que has hecho, ¿cuál te hace sentirte más
orgulloso?
P.R. Estoy muy satisfecho con algunos trabajos de diseño
editorial. He tenido la gran suerte de trabajar en la edición de libros de
arte. Tengo libros muy diferentes, algunos de los cuáles han sido premiados. Recuerdo
con especial cariño el libro y catálogo “ El Espejo de nuestra Historia” editado
a comienzos de los años noventa; creo
que éste fue uno de los libros que más me costó meterme en la cabeza, pues
resulta un gran reto diseñar publicaciones tan grandes en las que hay
ochocientas o mil fotos… llevar mil fotos en la cabeza es complicado y el no
repetir ninguna mucho más; y encima, con poco tiempo, lo que hace el proceso mucho
más complejo y difícil. Puedo recordar otros trabajos editoriales de los que me
siento muy orgulloso, como por ejemplo: “La Sillería de la Catedral de
Plasencia” y “El Altar mayor de La Seo de Zaragoza”; creo que ambos son muy
hermosos. Con el Estudio Camaleón colaboramos para editar “Territorium”,
“Ferdinandus Rex Hispaniarum” y “Acuaria”, que presentan muy buenos diseños. Especialmente el de la exposición de Fernando el Católico, ‘Ferdinandus
Rex Hispaniarum’, creo que fue un trabajo excelente, una gran publicación que
está muy cuidada, plagada de imágenes, etc. Se empezó a plantear su diseño
editorial pensando en la tipografía que se iba a emplear y compramos una fuente
a un diseñador portugués de tipografías. También tuvo muy buena acogida entre los
especialistas, y hoy en día es un libro muy buscado; para la exposición hicimos
la señalización y la gráfica aplicada, que quedó perfecta. De identidad corporativa, puedo recordar dos diseños muy
conocidos: el del “Auditorio de Zaragoza” y el del “Museo Pablo Serrano”, así
como el logotipo que realicé para la marca de ropa de punto “Donna”, por
encargo de Industrias Val en Barcelona. Te he destacado unos cuantos, pero
podría acordarme de otros muchos; aunque si me han venido éstos ahora a la
cabeza, es porque para mí son importantes.
I.A. ¿Cuál dirías que ha sido el punto álgido de tu
carrera hasta el momento?
P.R. Pues no lo sé…empecé hace
unos años a aproximar mis experiencias artísticas con mi experiencia en el
campo del diseño, con muy buenos resultados. De esta hibridación salió una
colección de obras a la que denominé ‘Espacios de Confluencia’, obras muy personales
donde integro mi estructura mental como artista y como diseñador. Pienso que
fue una experiencia muy positiva, porque dio como resultado una obra muy libre.
Momento álgido…quizás sea la madurez en su conjunto como etapa, ya que, a la
hora de afrontar trabajos, te sientes mucho más seguro que hace años.
I.A. Cuéntame alguno de los aspectos que afecten
negativamente a tu campo profesional y pienses que todos deberíamos conocer.
P.R. Lo más negativo es el poco
tiempo que tenemos para trabajar; este siempre ha sido un factor muy negativo
para nosotros. Trabajar en estas condiciones te genera mucha presión, aunque
incluso trabajando así salgan buenas cosas. Quizá, también, la actitud de algunos
clientes que son demasiado conservadores a la hora de plantear sus necesidades,
y eso te limita un poco la creatividad. Sería importante que los clientes
fueran más abiertos mentalmente y confiaran más en los profesionales. Lo
importante es que el resultado final del diseño esté bien realizado, que
comunique y que llegue bien.
I.A. ¿Qué tipo de clientela tenéis?
P.R. Tenemos una clientela muy amplia; trabajamos para todos aquellos
que necesitan de nuestros servicios y nos lo solicitan, desde grandes a pequeñas
empresas, o autónomos que van a montar un negocio y precisan de lo mínimo, que
es su identidad con su papelería o su rótulo para la fachada, y también para instituciones
con grandes proyectos. Nosotros no hacemos distinciones: un trabajo es un
trabajo, sea pequeño o grande, y nos merece el mismo respeto.
I.A. Cuando empiezas a realizar un diseño ¿qué proceso sigues
y cuáles son tus fuentes de inspiración?
P.R. Cuando llega un nuevo encargo
al estudio, antes de que empieces a realizarlo materialmente, ya entra a formar
parte de tu estructura mental, lo llevas en la cabeza, está contigo en tu vida
diaria y te van surgiendo ideas que luego irás poco a poco aplicando. Mi método
consiste en dar con una primera idea básica, como eje sobre el que desarrollar
el trabajo, y también compartir las ideas con la gente del estudio y que de esa
combinación de ideas salga la mejor posible.
I.A. ¿Eres de esas personas a las que se les ocurren las
ideas mientras duermen y se levantan a apuntarlas?
P.R. No, porque hago una
catarsis de forma natural cuando dejo mi trabajo, e intento desde hace muchos
años desconectar, no llevar en la cabeza ninguna preocupación. Cuando me
duermo, descanso, y dejo para el día siguiente lo que tengo pendiente por
resolver.
I.A. ¿A quién consideras como los referentes del diseño
gráfico actual?
P.R. Por decirte algunos
diseñadores extranjeros que me gustan, Neville Brody, David Carson o John Maeda...
de entre los españoles, Paco Bascuñán, Pepe Gimeno, Pepe Cruz Novillo, Alberto
Corazón…. todos ellos con una obra importante. Y de entre los jóvenes
diseñadores considero que están muy preparados y van a dar mucho juego David
Ruiz y el estudio Ipsum Planet.
I.A. ¿Destacarías algún centro de estudios de diseño?
P.R. En España, los centros
pioneros de formación son los de Barcelona. Ahí hay escuelas privadas estupendas,
pero también es verdad que actualmente hay ciclos formativos en muchas otras
ciudades españolas, con titulación en diplomatura y licenciatura. Yo he
asesorado y he estado evaluando en la escuela de Artes de Huesca en los
proyectos de final de carrera ¡vamos, incluso poniendo nota!
I.A. Por último, ¿qué le recomendarías
a la gente que está empezando en el mundo del diseño?
P.R. Que tengan mucha paciencia;
que se intenten formar bien; que si tienen la posibilidad de salir fuera que
salgan; esto último por muchos motivos, sobretodo porque viajar es higiene
mental, porque te da la opción de ampliar idiomas y también de apreciar otras
formas de trabajar y otras culturas… Les diría que lean, que observen la vida
con atención y participen de ella con intensidad, que visiten museos, que vayan
a los conciertos, que tengan una formación amplia; en definitiva, que sean
curiosos por todo lo que sucede en su alrededor. Y, ante todo, les diría que no
tengan prisa. Antes había pocos diseñadores y ahora hay muchísimos, pero
también es verdad que siempre salen los mejores, y el que es bueno, y tiene
voluntad y espíritu de sacrificio llegará a ser un buen profesional.
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