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lunes, 24 de enero de 2022

Falsos de autor: Han van Meegeren y Elmyr de Hory



El pintor holandés Han van Meegeren (1889-1947).



El pintor húngaro Elmyr de Hory (1906-1976).

Falsos de autor: la maestría de engañar o mentir en el Arte.

 

 Paco Rallo. Artista Visual

 


El profesor de historia del arte Ángel Azpeitia en sus clases magistrales del renacimiento italiano y, en concreto, sobre el escultor Miguel Ángel, comentaba que el joven Buonarroti, falsificó obras en mármol con gran destreza técnica. Con tan solo 24 años era un afamado artista por su obra en mármol de la famosa obra Pietà de 1499, conservada en la Basilica de San Pedro en el Vaticano, única obra que se conoce con la firma del artista, tallada sobre la cinta que sostiene el manto de la Virgen María, “MICHAEL·AGELVS·BONAROTVS·FLOREN·FACIENBAT”. El primer biógrafo de Miguel Ángel, Paolo Giovio (1483-1552) señalaba que el artista alcanzó la fama cuando esculpió la obra  Eros durmiente o Cupido durmiente en mármol en 1496. Terminada la obra con algunas imperfecciones intencionadas, la enterró durante un tiempo para adquirir el tono de una estatua de la antigüedad, inspirada en una romana. La escultura fue vendida por el comerciante Baldassar del Milanese, por una importante cantidad de florines al coleccionista de estatuas romanas, el cardenal Raffaele Riario, que, al darse cuenta del engaño, la devolvió al comerciante, que la volvió a vender sin ningún problema. Dicho mármol fue pasando por importantes mecenas a través de los tiempos. Siendo reconocida la autoría de Miguel Ángel adquirió un valor superior. Fue comprada por el rey Carlos I de Inglaterra en 1631. Esta obra actualmente desaparecida, se cree que se destruyó en el incendio del Palacio de Whitehall en 1698. 


El pintor y biógrafo de los artistas del renacimiento italiano Giorgio Vasari (1511-1574), menciona a Miguel Ángel en sus escritos, sobre los dibujos que había falsificado, diciendo: "Copió dibujos de los viejos maestros tan bellamente, que sus copias no podían distinguirse de los originales, había teñido sutilmente envejeciendo el soporte de papel.


He seleccionado dos falsificadores que considero relevantes por sus delicados trabajos sobre artistas fundamentales de la historia del arte y por su dominio técnico y conocimiento estilístico, que llegan a mimetizarse e incluso a evolucionar la obra de los artistas originales. Son muchos los ilustres falsos de autor, pero las normas de la revista por motivos de espacio los tengo que dejar fuera. Si algún lector quiere saber más, citaré algunos nombres de grandes imitadores o falsificadores: Shaun Greenhalgh y su familiaWolfgang y Helene Beltracchi; Robert Driessen; Eric Hebborn; John Myatt; Mark Landis. Todos ellos, grandes artistas son la crème de la crème.


 

El pintor holandés Han van Meegeren (1889-1947), comenzó a falsificar obras por despecho para vengarse de los críticos de arte que calificaban su trabajo como demasiado epigonal. Entre sus falsificaciones realizó pinturas consideradas obras maestras, siguiendo el estilo “A la  manera de” los artistas Pieter de Hooch, Gerard ter Borch y, muy especialmente, a Johannes Vermeer, que fue su fuente de inspiración y riqueza al versionar obras nuevas. Este gran pintor-falsificador y profesional declaró que Buscaba demostrar que si el público deseaba mucho que algo fuera verdad, lo creeríaQuerían más obras de Vermeer y por eso sepropuso crear obra del artista que encajara en la historia del arte donde faltaban sus pinturas” y "Pensé que podía hacer esto, así que lo hice". Todo un crack!!! Consiguió mofarse de expertos y museos en la década de 1930. Realizó obras que fueron compradas por importante cantidad de florines por el gobierno holandés, con el afán de poseer más pinturas de Vermeer, pinturas que pasaron todos los filtro de la época por auténticas —Conviene recordar, que solo se conocen unas treinta y cinco obras del maestro holandésEmpleaba en las nuevas obras que creaba la misma metodología que había utilizado Vermeer, los mismos pigmentos naturales sobre lienzos a los que previamente rascaba la pintura original del siglo XVII. Existe un mercado de estos soportes de pinturas de poco interés de todas las épocas, que se siguen utilizando para falsificaciones.


Tres de sus imitaciones creativas, están colgadas en las salas del museo Boijmans van Beuningen de Rotterdam. Dicho museo le dedicó una exposición en 2010, donde exhibió sus diez pinturas más singulares. El conservador del museo Friso Lammertse, comentó "Claro que la falsificación está mal. Pero Han vanMeegeren era un maestro dentro de su arte, el de la falsificación”. Entre sus obras más famosas está la de Los peregrinos de Emaús, que fue considerada por la crítica especializada como “La obra maestra de Vermeer”. Los críticos, no estando convencidos de que fuera falsa, solicitaron que  se realizaran más pruebas de este cuadro. Los resultados científicos fueron incuestionables y sólo entonces se aceptó el engaño. Otra de su famosas creaciones es la pintura El Lavapiés, que pertenece a la colección del Rijksmuseum de Ámsterdam.


El falsificador Han van Meegeren, nunca habría sido descubierto si él mismo no se hubiera delatado para salvar su vida al finalizar la Segunda Guerra Mundial, por haber vendido pinturas falsas a los nazis durante la ocupación alemana, en concreto al general Hermann Göring. El estado holandés, le acusó de traición por vender bienes artísticos. Fue juzgado y condenado a muerte. Tuvo que demostrar el engaño pintando un nuevo Vermeer bajo la supervisión atenta de la policía, asombrados de su pericia y destreza. Su pena capital fue conmutada por dos años de prisión. Su vida fue llevada al cine en dos películas biográficas de este famoso imitador, A Real Vermeer de 2016 y El último Vermeer de 2019. Fue un verdadero maestro.


El húngaro Elmyr de Hory (1906-1976), considerado “El Príncipe entre los falsificadores” en su vida utilizó 60 pseudónimos. Él mismo se definía como marchante de arte y nunca como falsificador. Se calcula que más de mil obras salieron de sus manos. Llegó a París después de la Segunda Guerra Mundial, para convertirse en un artista importante, pero el destino le llevó a vender una obra “A la manera de” Picasso y la vendió como un autentico Picasso. Fue el comienzo de su dilatada carrera en el mundo de las imitaciones de los grandes maestros, entre ellos, Picasso, ModiglianiMatisseRenoir, Toulouse-Lautrec, GauguinChagall, Derain, Degas, Bonnard, Vlaminck, Van Dongen y Marie Laurencin. Tan grandes y tan diferentes maestros. Lo mejor de lo mejor. Era capaz de reproducir obras al estilo de los citados artistas, en cualquiera de sus etapas evolutivas. Poseía talento, técnica, destreza para el dibujo y la pintura, consiguiendo reencarnarse y ser una prolongación mental y manual de los pintores citados. A muchos de ellos los había conocido y tratado. Tanto Matisse como Picasso, reconocerán un cuadro cada uno de ellos como obras suyas, y en un catálogo de Modigliani figurará un óleo descrito como obra maestra. Las tres obras fueron realizadas por Elmyr de Hory.


 

Sus motivaciones solo fueron económicas. Experto en dibujo, guaches, acuarelas y pastel, que trazaba sobre papeles viejos, con el tiempo acometería pinturas al óleo sobre lienzo con bastidores, marcos y materiales de época, que importaba de Francia. Para pintar hacía escapadas al extranjero donde realizaba los encargos que le hacían sus socios Fernand Legros y Réal Lessard. Nunca se le vio pintar, ni firmar con nombre ajeno, ni vender una obra. 


Vivió en Ibiza donde conoció a sus cómplices. Su biógrafo Clifford Irving en su libro Fake de 1969, lo describe como un “Bon vivant… Convertido ya en un coleccionista de arte destacado, aseguraba que no había museo de arte moderno o galería que no tuviese alguna de sus obras expuesta”. Para dedicarse solo a pintar buscó a los socios citados,  que se encargarían de canalizar las ventas. La imprudencia y los enfrentamientos de estos les llevará a ser detenidos, menos a Elmyr de Hory, que no se pudo demostrar nada al carecer de pruebas. 


Pocas películas contienen tantas preguntas como Fraude, el documental filmado en 1973, por Orson Welles, sobre Elmyr de Hory. Todavía recuerdo cómo me sorprendió la destreza que tenía dibujando a cualquier maestro. Le decían un nombre y lo imitaba a la perfección. En el documental comenta de Picasso: “Picasso es el fenómeno más curioso de nuestro tiempo. Nunca ha existido una persona capaz de transformar el solo movimiento de una mano, que no necesariamente ocupaba más de diez segundos, en oro puro”. En su biografía dice: “Mi mejor obra nunca pudo ser vendida en las galerías a ningún precio. Pero si les llevaba la misma con la firma de Picasso, estaban dispuestos a pagar lo que fuera. Todo eso me parecía en parte divertido, en parte triste, en parte repugnante”. 


Pasó por la cárcel franquista, no por falsificador sino por homosexual. Estando a punto de ser deportado y encarcelado en Estados Unidos esta vez por falsificador, a los setenta años se encerró en su casa de Ibiza, donde ingirió una dosis letal de barbitúricos. Sin ninguna duda, grande entre los grandes del Arte.

— Rallo, Paco: «Falsos de autor: la maestría de engañar o mentir en el Arte», en Crisis. 

Revista de crítica cultural, Erial ediciones (Zaragoza), número 20 (diciembre 2021), pp. 32-34.

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